La recuerdo meciéndose en un columpio y sentada en el pórtico de su casa cantando la que debía ser una letra de amor que en ese momento no entendía (más por el asunto del amor que por el idioma). Recuerdo los primeros planos de su rostro mirando directamente a la cámara y sus ojos marrones. En ese entonces ella debía tener menos de dieciocho años y yo no tendría más de siete, pero creo que Britney se convirtió en mi primer amor.
En el computador de mi casa, regalo de navidad del año 2000 o 2001, veía una y otra vez el videoclip de la canción From the Bottom of My Broken Heart. En mi cabeza imaginaba las razones por las que Britney parecía tan triste e inventaba los diálogos entre ella y su novio. A veces veía los otros videos que estaban guardados en el computador, y me entretenía viendo la coreografía de ...Baby One More Time, pero ni siquiera (You Drive Me) Crazy, en el que aparecía Sabrina, la bruja adolescente (Melissa Joan Hart, otra de mis heroínas infantiles), lograba cambiar mi favoritismo.
Hoy quise escribir sobre Britney después de leer un artículo sobre el nuevo documental Framing Britney Spears, dirigido por Samantha Stark y producido por The New York Times. En el documental, que aún no he podido ver, se explora el ascenso de una Britney muy joven y su caída, acelerada por unos medios de comunicación machistas fascinados con sexualizarla, criticarla, ridiculizarla y perseguirla. My loneliness is killing me, es una frase presente en uno de sus primeros sencillos (1998) que parecía anticiparse a su estado de soledad y depresión, consecuencia de su proceso de divorcio, la lucha por la custodia de sus hijos y el acoso de los paparazzis, que la llevarían a perder el control en 2007.
En Framing Britney Spears también se habla de la tutela bajo la cual el padre de la artista controla todas sus decisiones y su patrimonio y del movimiento mediático #FreeBritney (Liberen a Britney) que busca que Britney logre liberarse legalmente de esa tutela.
Vuelvo al videoclip de From the Bottom of My Broken Heart y confieso que no recordaba la mayoría de las escenas o la letra de la canción. El árbol de la infancia en el que se mece Britney parecía mucho más grande en mis recuerdos. Me despido de Britney, en esta breve carta de amor que nunca será leída por su destinataria, recordándola en una canción que había olvidado, pero que se mantiene viva en mi memoria.
From the bottom of my broken heart
There's just a thing or two I'd like you to know
You were my first love
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