Ilitia dejo la carta en el tocador, seco las lagrimas que corrían por sus mejillas y respiro hondo. En ese momento todo tuvo lógica, se había pasado toda la noche pensando en el motivo por el que Alex la había besado. Ya lo comprendía.
Su celular sonó, miro la pequeña pantalla , era Daniel, no contesto. Se puso una chaqueta negra y corrió hacia la casa de Alex.
Los autos y las motocicletas se detuvieron. El semáforo estaba en rojo. Ilitia se armo de valor y cruzo.
No sabia que pensar respecto a la carta, ella quería mucho a Alex pero también a Daniel.
- ¡CUIDADO! - grito un camionero. Ilitia se sobresalto, se detuvo y dio un paso atrás, estaba distante.
Espero paciente que la calle estuviera libre de autos.
No se sentía capaz de decir lo que sus entrañas querían gritar.
- ¡falta una calle! - la muchacha disminuyo el paso.
Su celular sonó dos o tres veces, pero no le importo. Cuando estuvo en la puerta de la casa de Alex, medito por varios minutos, cuando tuvo el valor suficiente presiono el timbre, pero de inmediato se arrepintió.
Dio media vuelta y se marcho.
- ¿Ilitia? ¿que haces aquí? - Alex la miro desconcertado, Ilitia se dio la vuelta - ¿no has leído mi carta?
Ilitia asintió y se acerco a Alex.
- tendrías que saber que yo también te amo.
ESTA HISTORIA CONTINUARA
continuación del cuento "tendrías que saber" de Cesar Mora.
Su celular sonó, miro la pequeña pantalla , era Daniel, no contesto. Se puso una chaqueta negra y corrió hacia la casa de Alex.
Los autos y las motocicletas se detuvieron. El semáforo estaba en rojo. Ilitia se armo de valor y cruzo.
No sabia que pensar respecto a la carta, ella quería mucho a Alex pero también a Daniel.
- ¡CUIDADO! - grito un camionero. Ilitia se sobresalto, se detuvo y dio un paso atrás, estaba distante.
Espero paciente que la calle estuviera libre de autos.
No se sentía capaz de decir lo que sus entrañas querían gritar.
- ¡falta una calle! - la muchacha disminuyo el paso.
Su celular sonó dos o tres veces, pero no le importo. Cuando estuvo en la puerta de la casa de Alex, medito por varios minutos, cuando tuvo el valor suficiente presiono el timbre, pero de inmediato se arrepintió.
Dio media vuelta y se marcho.
- ¿Ilitia? ¿que haces aquí? - Alex la miro desconcertado, Ilitia se dio la vuelta - ¿no has leído mi carta?
Ilitia asintió y se acerco a Alex.
- tendrías que saber que yo también te amo.
ESTA HISTORIA CONTINUARA
continuación del cuento "tendrías que saber" de Cesar Mora.
Comentarios
Publicar un comentario