EL EROTISMO E CHARLAINE HARRIS: fragmento del libro muerto para el mundo.

 Eric me daría una paliza, pero su enhiesta virilidad (como le llaman en misnovelas románticas—aunque en este caso los adjetivos populares como “hinchado” o“palpitante” podrían ser también aplicados) era una perspectiva desalentadora para unamujer relativamente inexperta como yo. Me sentí como un auto que sólo había sidohecho funcionar por un conductor... un auto que su aparente nuevo comprador estabadeterminado para llevárselo por las 500 de Daytona.

Ah, al diablo con estar pensando.Tomé el jabón del nicho y enjaboné mis dedos. Di un paso para estar mas cerca de él,delicadamente plegué al Sr. Happy contra el estómago de Eric, así podría alcanzar a rodearlo y conseguir poner mis dedos sobre aquel culo absolutamente magnífico. No podía mirarlo en la cara, pero él me dejo saber que estaba fascinado que yo respondiera.Él extendió sus piernas atentamente y lo lavé muy a fondo, muy meticulosamente. Él comenzó a hacer pequeños ruidos, y a mecerse. Comencé a trabajar sobre su pecho.Cerré mis labios alrededor de su tetilla derecha y chupé. Lo disfrutó un montón. Sus manos se apretaron contra la parte trasera de mi cabeza.


 -Muerde, un poco, -susurró, y usé mis dientes. Sus manos comenzaron a moverse sin descanso sobre cualquier trozo de mi piel que pudieran encontrar, acariciando y estimulando mi deseo por él. Cuando él se echo un poco hacía atrás, fue porque había decidido corresponder, y se inclinó sobre mí. Mientras su boca se cerraba sobre mi pecho, su mano se deslizó entre mis piernas. Di un suspiro profundo e hice un poco de movimiento por mi misma. Él tenía dedos largos.La siguiente cosa que supe, es que el agua había dejado de correr y él me secaba con una esponjosa toalla blanca, y yo lo frotaba con otra. Mientras tanto nos dedicábamos a besarnos, repetidas veces.-La cama, -dijo él, con voz desigual, y asentí. Él me alzó y luego entramos en una especie de enredo; yo queriendo quitar el sobre-cama y él queriendo ponerme sobre-la-cama y seguir, pero lo hice a mi manera porque hacía demasiado frío para estar solo concubrecama. Una vez que nos arreglamos, me giré hacía él y seguimos donde la habíamos dejado, pero con un ritmo que se intensificó. Sus dedos y su boca estaban ocupados aprendiendo mi topografía, y él se presionó pesadamente contra mi muslo.Ardía con tal intensidad por él que estuve sorprendida que las llamas no lanzaran destellos por las yemas de mis dedos. Curvé mis dedos alrededor de él y lo acaricié.De repente Eric estaba encima de mí, listo para entrar. Estaba alborozada y muy, muylista. Lo alcancé ansiosamente entre nosotros para ponerlo en posición, aprovechando para frotar la punta de él sobre mi protuberancia.-Amada, -dijo él en voz ronca, y empujó.Aunque estaba mas que preparada para recibirlo, y dolorosamente deseosa de tenerlo dentro de mi, lancé un grito por el choque de su tamaño.

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Cessare
Escritor colombiano. Es autor de las novelas "Siempre nos quedará Bogotá", finalista del Premio Nacional de Novela Corta 2018 organizado por la Universidad Javeriana, y "Al final, el océano", que ocupó el primer lugar en el Premio de Novela Distrito de Barranquilla 2019. Su libro de relatos "Alas para lanzarme de un puente y volar" fue ganador del Portafolio de Estímulos 2020 de la Secretaría de Cultura, Patrimonio y Turismo de Barranquilla en la modalidad de Narrativa.